La Teología Católico-Romana distingue tres clases de culto: A) Latría (en el sentido de adoración, que se expresa con la genuflexión) es el culto que se debe a Dios solo, esto es, a cada una de las tres personas divinas, a la humanidad de Cristo (ya que el culto se dirige hacia la persona única de Jesús, que es divina), a las supuestas reliquias de la verdadera cruz del Calvario, por su contacto físico
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